miércoles, 19 de marzo de 2008

 

MUSEO DEL CINE. Episodio 8: El nacimiento de la nación cine


Allá por 1915, el legendario director David Wark Griffith, más conocido como D.W. Griffith, revolucionó a la industria del cine con su obra El nacimiento de una nación, sentando las bases del “cómo” filmar películas de allí en adelante. Tal como vemos las películas hace décadas, todo empezó con él.
Luego de filmar casi quinientos cortos (en aquel entonces pocas películas duraban más de media hora) para la productora Biograph, en 1914 Griffith se pasó a la independiente Mutual, que le permitiría filmar una película por año producida por él mismo.
Significativamente, Griffith comenzó a filmar uno de sus primeros largometrajes el 4 de julio de 1914, con un presupuesto de cuarenta mil dólares. La película se llamaría The Clansman, título homónimo del libro en el que está basada. En ella se relatan los hechos de la Guerra de Secesión (sumado a una historia de amor entre una yanqui y un confederado), el asesinato de Lincoln y las posteriores luchas raciales entre los liberados afroamericanos del sur y el recién creado Ku Klux Klan, que en forma controversial (y osada) aparece como “el bando bueno”.
El 8 de febrero de 1915 se estrenó The Clansman, con una duración de dos horas cuarenta minutos (exorbitante duración para la época, por lo que debía proyectarse en dos funciones de dos días seguidos) y un costo final de ciento diez mil dólares, hasta ese momento la más cara de la historia. Ese no fue el único precedente de la película de Griffith, a la que también hay que sumarle sus avances en edición de imagen que apuntan a un desarrollo más narrativo del film, los múltiples ángulos de cámara y los primeros primeros planos (valga la redundancia) de la historia del cine. La banda sonora (obviamente no se escuchaba en la película porque era muda, pero era interpretada por una orquesta en el cine) se convirtió en un hit, el primero generado por una película.
El 3 de marzo fue reestrenada con el nuevo título El nacimiento de una nación, esta vez ya editada definitivamente con tres horas de duración. La entrada costaba la friolera de dos dólares, cuando normalmente los cines cobraban alrededor de ocho centavos… imaginen una entrada de cine en 2008 a 80 pesos. Asimismo, debido a la supuesta “demonización de la raza negra”, la película causó disturbios en varias ciudades donde fue presentada (en Chicago fue prohibida y recién se pudo ver en 1940); un argumento a favor de los que atacaban la película es que la mayoría de los personajes negros eran interpretados por blancos pintados. Sin embargo, a lo que apunta El nacimiento… es que Estados Unidos se fundó a partir del odio y las divisiones entre iguales, algo que, como las técnicas de Griffith, se mantiene en la actualidad.
Por la enorme importancia que cobró el film, posteriormente muchas figuras proclamaron haber actuado en él, sin que haya posibilidad alguna de confirmarlo. Por ejemplo, el gran director John Ford afirmaba que él era uno de los encapuchados del Klan (¿cómo saberlo???).
D.W. Griffith se superaría a sí mismo al año siguiente con Intolerancia, una suerte de respuesta a todos aquellos que criticaron El nacimiento de una nación; pero a diferencia de ésta, fue un fracaso de taquilla.
En 1919 Griffith se unió a Mary Pickford, Douglas Fairbanks (algo así como los Angelina Jolie y Brad Pitt de la década del ’10) y Charles Chaplin para fundar United Artists, para producir largometrajes alejados de los controles de productores y financistas.
Griffith nunca volvería a tener un éxito como el de El nacimiento de una nación, por más que haya hecho unas cuantas películas más de gran calidad (Intolerancia, Lirios rotos, Las dos tormentas). Con la llegada del sonido, su carrera como director llegó a al final. Dirigió un par de películas sonoras y luego fue dejado de lado por la industria de una manera algo innoble. Murió en 1948.

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