jueves, 18 de octubre de 2007

 

EL REGRESO DEL IMPLACABLE NARANJA


Hace como 20 años habíamos conocido al holandés Paul Verhoeven cuando preguntamos quién había dirigido Robocop. Más adelante sorprendió con una sólida cinta de ciencia ficción como fue El vengador del futuro (1990) Y su nombre quedó definitivamente registrado cuando capitalizó al máximo la sensualidad de Sharon Stone (como vimos todos) en Bajos instintos (1992). Luego vinieron Showgirls (1996) que también sorprendió pero por su inferioridad frente a las películas precedentes; Invasión (1997), otra de ciencia ficción, pero con la interesante ambigüedad de presentar héroes muy poco carismáticos (¡y casi todos porteños!), y la versión más sanguinaria del hombre invisible, El hombre sin sombra (2000). Estas películas, que vimos todos, indican sin duda un patrón en común que no es otra cosa que la marca del director: la utilización de erotismo y violencia explícitos, sin descuidar el hilo argumental, sino que más bien haciendo trabajar ambos elementos en función del mismo.
Claro que la carrera de Verhoeven no empezó con el policía mitad hombre mitad máquina. En Holanda, en la década del ’70, lanzó un puñado de películas con temática lindante al erotismo, como Diario de una prostituta (1971), Pasión obsesiva (algo así como una Love Story más cruda) o Sudor caliente (1975), material con “buena salida” en los Países Bajos. Luego aparecería la veta violenta y tajante del holandés, con El soldado de Orange (1977), El cuarto hombre (1983) y Los señores del acero (1985); con todo esto aceptó el acertado llamado de Hollywood. Así es como pudimos ver a un maleante deshecho en ácido, un guerrillero con otro cuerpo en el vientre, el cruce de piernas más famoso de la historia (incluso después de la afeitada), unos recalcitrantes fascistas salvando al planeta y una mujer violada por un ser invisible.
Seis años después de su último largometraje reaparece con Black Book, una historia de espionaje… y sufrimiento humano en la agonía de la Segunda Guerra Mundial, cuando algunos nazis mantenían un ciego optimismo pero la mayoría ya no le daba bola a lo que ordenaba Hitler desde la sitiada Berlin.
Una joven cantante judía recurre a sus dotes histriónicas para sobrevivir a la cacería nazi en distintos escondites. Luego de que su familia entera fuera asesinada en una emboscada, se vincula con elementos libres de la Resistencia holandesa, donde demuestra coraje y una asombrosa capacidad de sobreponerse a la adversidad al seducir a un oficial del Tercer Reich para lograr la liberación de unos prisioneros, y de paso iniciar su venganza contra el encargado de masacrar a toda su familia. La historia atrapa desde el suspenso que siempre conlleva el espionaje en el cine y en las novelas de género, sumado a los elementos favoritos de Verhoeven que mencionamos arriba: el erotismo sin vueltas y la más cruda violencia. Las peripecias de los protagonistas, en un juego de gato y ratón con un constante cambio de dirección y sentido, evitan que la historia caiga en lo trillado que se había convertido el subgénero de “historias de la Segunda Guerra”.
Así las cosas, en Black Book volveremos a ver mujeres desnudas (y hombres también), sangre salpicada y muchos muertos. Eso sin contar el final, o mejor dicho, los últimos cinco segundos, más bien desesperanzadores. Verhoeven en su estado natural.

martes, 16 de octubre de 2007

 

TOP 5: PAUL VERHOEVEN


(sujeto a modificaciones)


1-ROBOCOP (1987)

2-TOTAL RECALL. El vengador del futuro (1990)

3-ZWARTBOEK. El libro negro (2006)

4-BASIC INSTINCT. Bajos instintos (1992)

5-STARSHIP TROOPERS. Invasión (1997)

bonus track: HOLLOW MAN. El hombre sin sombra (2000)

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